lunes, 26 de julio de 2010

Agosto, mes de la Pachamama...

Conocida también como Mama Pacha, la Pachamama es la diosa suprema honrada por los pueblos aborígenes que habitan el Noroeste Argentino, Bolivia y Perú. Ella es considerada la madre (Mama) que engendra la vida, la nutre y la protege. Su nombre es popularmente traducido como “Madre Tierra”, aunque el significado arcaico de “Pacha” no estaba solamente referido a la tierra sino al universo y al tiempo. Ella es todo lo que existe al igual que lo fueron Gaia, para los antiguos griegos; Tonantzin para los mexicanos; Anat en la Mesopotamia y Al-Lat en los actuales países árabes, entre otras divinidades femeninas con atributos similares.

Durante la ultima semana del mes de julio, se realiza limpieza total de las casas, por la mañana, a primera hora, los habitantes de este fantástico pueblo, juntan la basura de todas las esquinas, la colocan en una pala con brazas y le agregan chacha y pupusa (plantas de la zona) y con esto sahuman todas las casas, las cosas y también a los integrantes de las familias. A lo lejos se puede ver el humo que sale de los caseríos formando un paisaje único.
De esta manera se le pide perdón a la madre tierra de rodillas y agradeciendo y rezando en conjunto.

El día de la Pachamama se celebra el primero de agosto, aunque sus fiestas se extienden durante todo este mes, que está consagrado enteramente a Ella. Ese día la comunidad se dirige hacia un pozo ceremonial que es marcado con piedras para reconocer el lugar tras año tras año. Allí se entierra comida cocida, hojas de coca, granos y harina de maíz, vino, cigarros y chicha para alimentar a la Madre Tierra y pedirle permiso para “herirla”, ya que es la época en que dará comienzo la siembra. Estos pozos donde se depositan las ofrendas se denominan “apachetas” y guardan una simbología que venera a la Diosa Triple: las piedras con las que se cubre representan a la Pachamama del cielo (Janaj Pacha); las ofrendas, a la Pachamama del suelo (Kay Pacha), y el pozo a la Pachamama que es la reina del Mundo Subterráneo (Ukhu Pacha).

Las ceremonias siempre son asistidas por un hombre y una mujer, pues, según la creencia religiosa de estos pueblos, ambos fueron creados iguales en la pareja primordial que emergió del Lago Titicaca, compuesta por Mama Ocllo y Manco Capac.

Otro ritual importante en esta época consiste en comenzar a labrar los campos de un modo ceremonial: mientras el hombre “hiere” la tierra con un arado que tiene forma de lanza, la mujer planta la semilla.

martes, 20 de julio de 2010

Chacarera del exilio - Raly Barrionuevo

Vuelve a cantar el coyuyo
después de un año sin huella
vuelve a renacer el grito
marrón de la chacarera.

Es el hombre americano
corazón en la batalla
rebelión y abrazo fuerte
de parche y de madrugada.

Soy latino de la danza
de Guevara y dictadores
de quebracho y cordillera
de exiliados y cantores.

Chacarera del exilio
trashumante es mi destino
y esta copla que me lleva
descalzo por los caminos.

Huele a pueblo el caminante
que ha desgranado el camino
sabe a lucha la palabra
que no conoce el olvido.

Tengo una mujer de fuego
navegando en mis nostalgias
tengo una mujer de Greda
me despierta en las mañanas.

Cinco siglos de silencio
genocidio de una raza
y es la Pachamama lumbre
que enciende nuestra esperanza.

sábado, 3 de julio de 2010

LUCHA Y RESISTENCIA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Por Dani Tatú (*) -El problema de los pueblos originarios y el problema de la tierra aparecen emparentados porque el problema de la tierra es la esencia del problema indígena, ya Mariátegui señalaba que "el problema del indio es, en último análisis, el problema de la tierra". La tierra fue y será el principal reclamo de los pueblos originarios y los movimientos campesinos. La tierra entendida como entidad colectiva, propiedad cultural, desprendida de la lógica individual y extractiva.

Dicen los zapatistas: La lucha por la tierra y el territorio es por la vida y la dignidad todos los pueblos y las culturas se relacionan con la tierra, de ella se sustentan y construyen.

“La tierra es más que ‘fuentes de trabajo y alimento’; es cultura, comunidad, historia, ancestros, sueños, futuro, vida y madre. Vivimos una ofensiva que pretende convertir la tierra y los recursos naturales en mercancías contra la vida misma de los pueblos. Aguas, bosques, tierras, paisajes van perdiendo su carácter de patrimonio colectivo, confiscados por intereses privados que los agotan o contaminan con la complicidad de los gobernantes.

La tierra para los tobas, ALWA- LA -TEE’, tiene el mismo significado que una madre; la tierra es todo, uno de sus integrantes nos explica: “sin la tierra no somos nada, porque en la tierra es donde el padre comienza a cultivar, y del producto de eso cría a sus hijos como allá hacíamos en el monte, en el gran Chaco, el gualamba. En la tierra es donde el paisano y el criollo pobre pone toda la esperanza. Es como decir que si a nosotros nos sacan la tierra, nos sacan nuestras raíces, la cultura, todo está insertado dentro de la tierra; nuestras costumbres de cientos de años, nuestra forma de trabajar. Y el sentir vivir libremente sobre la tierra. Como dicen los compañeros, la tierra es soberanía.

Cabe destacar que los movimientos más significativos de los últimos años en América Latina (Sin Tierra en Brasil, indígenas ecuatorianos, zapatistas de Lacandona, guerreros del agua y cocaleros bolivianos y desocupados argentinos), pese a las diferencias espaciales y temporales que caracterizan su desarrollo, poseen rasgos comunes, ya que responden a problemáticas que atraviesan a todos los actores sociales del continente. De hecho, forman parte de una misma familia de movimientos sociales y populares. Estas características comunes derivan de la territorialización de los movimientos, o sea de su arraigo en espacios físicos recuperados o conquistados a través de largas luchas, abierta o subterráneas.

La ocupación y el asentamiento como estrategia, originada en el medio rural, comenzó a imponerse en las franjas urbanas: los excluidos crearon asentamientos en las periferias de las grandes ciudades, mediante la toma y ocupación de predios, En todo nuestro continente, varios millones de hectáreas han sido recuperadas o conquistadas por los más pobres, haciendo entrar en crisis las territorialidades instituidas y reformulando los espacios geográficos de la resistencia.

Tanto las comunidades indígenas y campesinas como las organizaciones barriales comparten un mismo aspecto en lo que respecta a esta percepción del futuro y la posibilidad de que éste se modifique. En ningún caso se deposita en la política ni en sus instituciones tradicionales la responsabilidad de mejorar sus condiciones de vida, y de los demás. En todo caso, las expectativas, si las hay, residen en las futuras acciones y evolución de la organización a la que pertenecen y aquello que desde éstas puedan lograr.

(*) Docente de la Cátedra Americanista FFYL - UBA. Integrante del Encuentro de la Resistencia.